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martes, 14 de junio de 2011

El Libro Perdido de Enki "Parte 4"

Por supuesto, los llegados pertenecen a la casa real de Nibiru, son nobles, cuyas normas de sucesión y herencia, y las disputas por el mandato y el lugar en la jerarquía, ocasionan a lo largo de los cientos de miles de años, que narra el Libro mencionado, conflictos enconados y violentos donde hay asesinatos, destierros, castigos, diferencias de opinión y algunos conflictos bélicos con la Tierra con armas nucleares incluidas.

Estos seres provenientes de Nibiru, privilegiados que tuvieron la ocasión de conquistar un planeta aparentemente no habitado hasta entonces por vida inteligente, pero al mismo tiempo, y al parecer víctimas de un exilio forzoso motivado por el hecho de seguir proveyendo del oro necesario para la supervivencia de la atmósfera de su planeta amado de origen, no son representados como “malos” ni “buenos”.

Son capaces de una entrega extraordinaria, de hazañas increíbles, la culminación de las cuales es la creación de seres inteligentes, concebidos como “ayudantes” en la dura tarea de extraer el tan ansiado oro, a riesgo de saltarse algunas normas y leyes existentes en el Universo y convirtiéndose de esa forma en “creadores”, pero también conocedores de la envidia, la codicia, la ambición, la insatisfacción, la venganza, el odio y otros sentimientos considerados por nosotros como “humanos” y los cuales provocan divisiones entre dos clanes durante cientos de miles de años, el encabezado por Enki y el liderado por Enlil, su hermanastro.

Tres hermanos,
  • Ea (luego llamado Enki)
  • Enlil (señor de Mandato, a quien se asigna la Misión de la Tierra)
  • Ninki,
son los protagonistas principales de esta historia, los tres hijos de Anu, soberano de Nibiru.

El relato sencillamente narrado resume la historia de cientos de miles de años desde la Llegada de los Anunnaki a la tierra hasta el ascenso de Marduk, el primogénito de Enki, al poder en Egipto.

Ellos fueron los primeros “Anunnaki” que “del Cielo a la Tierra llegaron”.

Su Misión y la de sus descendientes en la Tierra comenzó a complicarse seriamente cuando decidieron crear al “Trabajador Primitivo”, no sin antes sortear muchos obstáculos éticos, políticos y técnicos.

Lo importante sobre el origen de la humanidad es que es un hecho absolutamente único. Aparentemente, a juzgar por la crónica de Enki, nunca se había oído hablar del hecho de crear un ser de la nada ya que “todos los seres descienden de una simiente evolucionada a lo largo de eones”.

Pero la necesidad de forjar un Trabajador Primitivo, motivó que se diera vía libre a una idea de Ea (o Enki) basada en poner la señal de los Anunnaki a una simiente ya existente en la Tierra, homínidos que caminaban erectos en dos piernas hace 300.000 años, y que vivían entre los animales de las estepas.

Enki convenció a su hermano, Enlil, quien dirigía la “Misión en la Tierra” de llevar a cabo semejante idea con un argumento importante: no se trataba de crear esclavos, ya que la esclavitud había sido abolida en su propio planeta miles de años atrás, sino de crear “un ayudante”. No se trataba de crear un ser de la nada, algo en manos únicamente del Creador del Todo, sino de favorecer la evolución poniendo la marca de los Anunnaki en seres homínidos propios de la Tierra.

La idea de Enki no era crear una nueva criatura, sino “hacer más a su imagen y semejanza a una ya existente” con una sola gota de la existencia de los Annunaki.

No fue una decisión fácil.

Se preguntaron si era Hado o Destino llevar a cabo tal plan y el Dios Creador de Todo daría el visto bueno a un plan para salvar de la destrucción a Nibiru o no. Pero al final se puso manos a la obra y de esta forma Enki, Ninki, su hermana y Ningishzidda, el hijo de Enki, comenzaron el proyecto. Se trataba de mezclar una hebra de la esencia del ser ya existente en la Tierra con la otra hebra de ADN del Anunnaki.

Estos relatos tienen 6000 años de antigüedad y hablan claramente de un proceso de manipulación genética en el que se planeó el primer bebé probeta de la historia, empleando un óvulo de una madre homínida y fertilizando el óvulo con material genético (medido en proporciones exactas con objeto de conferirle la imagen, pero no todas las capacidades ni ciclo vital), para después insertarlo en una matriz Anunnaki.

Tal y como se narra en el Libro Perdido de Enki, colocaron un óvulo de la hembra bípeda en un recipiente (probeta) de arcilla (de la Tierra, después de varias pruebas fallidas empleando material de cristal) y se mezcló con “objetos diminutos” con fórmulas que contenían la simiente Anunnaki (en una clara referencia al ADN) y posteriormente, una vez fecundado el óvulo de la hembra bípeda lo colocaron en una matriz Anunnaki, concretamente en la matriz de Ninki, la hermanastra de Enki, tras lo cual hubo concepción y ésta dio a luz un varón sano, sin pelo en el cuerpo, con los sentidos perfectos y capacidad para hablar, al que llamaron Adamu (el Adán del Antiguo Testamento).

Posteriormente Ninki se reunió con siete sanadoras Anunnaki de la ciudad y les pidió que aceptaran la tarea de ser “matrices” para otros óvulos fecundados de la misma forma.

Pero esta vez, colocaron óvulos de hembras bípedas y los fecundaron con la esencia (material genético) de Adamu, pronunciando una frase de encantamiento enlazando de esa forma la esencia del Cielo y de la Tierra por parentesco sanguíneo. Insertó los óvulos en matrices Anunnaki y las Anunnaki dieron a luz a siete trabajadores primitivos más.

Viendo que la tarea de crear un ejército de esta manera era demasiado ardua, decidieron crear a la contraparte femenina, a la que llamarían “Tiamat ” (con el mismo nombre de la Tierra primitiva antes del cataclismo) y esta vez cambiaron las esencias Anunnaki para ajustarlas a este fin de creación de una fémina. La matriz de Tiamat esta vez fue la esposa de Enki, Ninti, quien estuvo encantada con esta tarea.

De esta forma, crearon más hembras posteriormente para que éstas se reprodujeran de forma natural con los varones ya creados; sin embargo observaron que no había procreación entre hombres y mujeres primitivos.

Ninguna de ellas tenía descendencia; volvieron a repasar las “esencias” Anunnaki empleadas (las hebras y componentes genéticos empleados para el proceso) y vieron que las esencias estaban dispuestas como 22 ramas en un Árbol de la Vida, pero no incluían la capacidad de procrear.

Se puede inferir, por lo que viene a continuación, que se estaba produciendo un rechazo que impedía la procreación. Sin embargo, la presión por crear a “trabajadores primitivos” para extraer el oro de África era cada vez mayor.

¿Qué harían en este momento después de tanto trabajo empleado y de que Enlil aprobara a regañadientes la operación?.

Ningishzidda, el hijo de Enki, experto en estos temas, tenía la solución; tal y como se describe en “El Libro Perdido de Enki” durmió a Enki, Ninki, Adamu y Tiamat y extrajo de la costilla de Enki y Ninki su esencia vital y en la costilla de Adamu insertó la de Enki y en la de Tiamat la de Ninki, añadiendo al Árbol de la Vida dos ramas más con fuerzas procreadoras.

Sin duda, todo ello tiene relación con el relato de la costilla de Adán y Eva conocido por el Génesis y que muchos entendíamos como “mito” o “leyenda”.

Parece estar describiendo algún tipo de implante que permitió que ese rechazo inmunitario que impidió la original descendencia fuera superado por medio de la inserción de material genético de dos seres productivos a dos seres sin capacidad de procreación.

Al igual que en el Antiguo Testamento, el texto sumerio recoge la idea de que a partir de ese momento, en que Adamu y Tiamat se “encontraron” y tomaron conciencia de su desnudez y de su feminidad y virilidad algo cambió por completo. Todo ello horrorizó a Enlil que creyó que se les había dado a esos seres creados, las últimas porciones de la “esencia vital” Anunnaki y que quizás se les había conferido incluso sus ciclos vitales (de miles de años de vida) y la capacidad de autocuración y auto-regeneración.

Fue entonces cuando el hermano de Enki, Enlil, inseguro con el proyecto humano desde el principio, decretó que Adamu y Tamat se marcharan del Edin, donde hasta entonces estaban alejados del duro trabajo, pues el objetivo original era que permanecieran como “moldes” perfectos de la creación humana, sólo dedicados a la procreación.

Fue Enlil quien decidió que fueran exiliados allí donde se les necesitaba, al Abzu (África Sudoriental) dedicados de pleno al trabajo de extraer el oro, como todos los demás humanos creados.

De esta forma fueron expulsados del Edin.

Las alusiones a una “serpiente” maligna hacen una clara referencia al símbolo con que se representaba el propio Enki, conocedor de los secretos de la manipulación genética y director de todo este proyecto de la creación del Trabajador Primitivo.



Y de esta forma la humanidad comenzó a proliferar; Adamu y Tiamat tienen tres hijos, y el relato de los acontecimientos que siguieron en gran medida están recogidos con mayor o menor fidelidad en el Antiguo Testamento, sin embargo, no eran los únicos que procreaban.

Enki siempre había sido conocido por sus dotes amorosas y la incontinencia de sus apetitos sexuales.

Una de las tablillas describe cómo Enki encuentra en el Edin dos hembras de gran atractivo y ambas procrean de él dando a luz uno cada uno de ellas:
  • Adapa
  • Titi
Adapa, sumamente inteligente, se convierte en el primer hombre civilizado. Adapa y su hermanastra Titi a su vez se emparejan dando a luz a Kain y Abael (en clara referencia a Caín y Abel).

En el Antiguo Testamento podemos encontrar multitud de casos en los que el varón tiene por esposa a su hermanastra (es el caso de Abraham y Sara). Esto está íntimamente relacionado con la Ley de herencia de los Anunnaki, así llamada, de la Simiente, que convierte en herederos legítimos a los hijos de la hermanastra, antes que al primogénito, si éste ha sido concebido por una mujer de otra clase social.

Esta ley Anunnaki marcó el destino de toda la Misión de la Tierra multitud de veces.


Arriba, la zona en amarillo es el origen de la civilización humana
y el lugar donde los Anunnaki crearon Eridú y el Edin.


Fuente: http://www.bibliotecapleyades.net 

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